Economía para el bien común
La tecnología y el bien comúnLa unidad y la división de una sociedad democráticaAllen W. Batteau 234 páginas, 16 ilustraciones, bibliografía, índiceISBN 978-1-80073-526-2 $135.00/£99.00 / Hb / Publicado (junio 2022)eISBN 978-1-80073-527-9 eBook
Ver carritoSu país: – editarHaga clic aquí para ver nuestra información sobre el BrexitDebido a la incertidumbre que rodea a los acuerdos comerciales posteriores al Brexit, los envíos a la UE pueden tardar más en llegar y estar sujetos a cargos de importación locales, de los que el cliente es responsable. Le animamos a que considere una alternativa de libro electrónico o a que acuda a su librería local para obtener el ejemplar impreso. Lea la información actual aquí
“Se trata de una exploración reflexiva y bien escrita sobre el papel de la tecnología en la facilitación o disuasión del bienestar público en las sociedades democráticas … Basándose en su experiencia profesional notablemente diversa, el autor apoya esta afirmación con numerosos ejemplos persuasivos … Me gustaría que lo leyeran todos los estudiantes de STEM”. – Bryan Pfaffenberger, Universidad de Virginia
Basándose en la obra de Elinor Ostrom (Governing the Commons), el autor examina cómo los diferentes bienes compartidos de una sociedad democrática se ven moldeados por la tecnología y demuestra cómo los bienes de los clubes, los recursos comunes y los bienes públicos se ven apoyados, potenciados y perturbados por la tecnología. Sostiene además que, a medida que el bien común se ve socavado por diferentes intereses, debería ser posible recuperar la tecnología, si los miembros de la sociedad llegan a la conclusión de que tienen algo en común.
Innovación tecnológica y disrupción económica”, The Common Good
A lo largo de la historia, las grandes innovaciones tecnológicas han aportado nuevas posibilidades de organización social; sin embargo, en la sociedad moderna, ¿estos saltos están dirigidos a alcanzar la abundancia generalizada o a profundizar la desigualdad?
Desde niño me sentí atraído por la automatización, por la posibilidad de diseñar una máquina que liberara a las personas de realizar tareas monótonas. Así, me especialicé en robótica, y me imaginé participando en un proceso que contribuiría al bien común, a generar abundancia, con jornadas laborales cortas y un menor uso de energía y recursos.
Una experiencia que me marcó fue cuando automaticé el último proceso manual que quedaba en la producción de sifones de refresco desechables. Tras varios intentos, lo había “conseguido”. Pero, ¿el aumento de la productividad fue suficiente para producir abundancia para la humanidad? No, al contrario, decenas de empleados serían sustituidos por las nuevas máquinas. Además, los sifones de refresco desechables acabarían contaminando las aguas superficiales. Estaba claro que lo que había automatizado era una fábrica de residuos. La tecnología se estaba utilizando para vender comodidad a costa de un desastre medioambiental, y no reduciría las horas de trabajo: generaría despidos.
AGD2020: Avanzar en la tecnología para el bien común
La mercantilización de la ciencia -a menudo identificada con la comercialización, o la venta de conocimientos especializados y resultados de investigación y la “capitalización del conocimiento” en el mundo académico y otros ámbitos- ha sido investigada como una amenaza a la autonomía de la ciencia y la cultura académica y criticada por socavar la responsabilidad social de la ciencia moderna. En From Commodification to the Common Good (De la mercantilización al bien común), Hans Radder revisa la mercantilización de las ciencias desde una perspectiva filosófica para centrarse en una alternativa potencial, la noción de ciencia de interés público. El conocimiento científico, argumenta, sólo constituye un bien común si sirve a los afectados por las cuestiones en juego, independientemente del beneficio comercial. Analizando la teoría y las prácticas de las patentes científicas y tecnológicas, Radder cuestiona la legitimidad de los monopolios comerciales y la apropiación y explotación privadas de los resultados de la investigación. Su libro nos invita a reevaluar las leyes establecidas y a cuestionar las doctrinas y prácticas que pueden impedir o incluso prohibir la investigación científica y el progreso social, para que podamos lograr transformaciones reales y significativas al servicio del bien común.
Seminario de Stanford – Tecnología avanzada para el bien común
Los males de las redes sociales tienden a acaparar los titulares, pero los retos a los que nos enfrentamos en el panorama de la tecnología y la información son aún más generalizados. Los experimentamos cuando nuestras búsquedas en la web dan lugar a productos falsos o a información errónea; cuando las mujeres y las personas de grupos infrarrepresentados experimentan exclusión y aislamiento debido a la cultura de sus empleadores de la industria tecnológica; o incluso cuando aparcamos a nuestros hijos frente al televisor durante media hora y luego intentamos apartarlos de él.
La informática -que abarca no sólo la ciencia de la computación, sino la ciencia de la información, el diseño centrado en el ser humano y otras disciplinas- tiene el poder de encontrar soluciones y ser una fuerza para el bien común. En la Escuela de Información, donde nos centramos en el uso de la información para mejorar la vida de las personas, la informática para el bien común es el centro de nuestro trabajo. Hacemos algunas investigaciones teóricas, pero sin falta, el objetivo es aplicar nuestros esfuerzos a un problema del mundo real.