Cómo miden las bandas inteligentes la frecuencia cardíaca
Los relojes inteligentes modernos cuentan con una amplia gama de funciones de control de la frecuencia cardíaca. Esto incluye la monitorización pasiva durante todo el día, así como comprobaciones puntuales de métricas específicas. Algunos incluso te avisan si tu ritmo cardíaco aumenta repentinamente cuando no debería. Los dispositivos más avanzados también tienen electrocardiogramas autorizados por la FDA que pueden ayudar a detectar la fibrilación auricular.
Son características impresionantes si se tiene en cuenta que, hace apenas una década, los smartwatches eran básicamente podómetros. En la práctica, la monitorización de la frecuencia cardíaca puede ser una herramienta útil para las personas que desean conocer mejor su cuerpo o medir su progreso en la forma física a lo largo del tiempo. Por ejemplo, algunos atletas prefieren entrenar en zonas de frecuencia cardíaca, lo que es difícil de hacer a menos que se pueda comprobar en tiempo real. También ha habido varias historias de personas que dicen que sus smartwatches les han salvado la vida gracias a las alertas de frecuencia cardíaca anormal.
Dicho esto, es importante recordar que no se trata de dispositivos médicos. Al fin y al cabo, no son capaces de diagnosticar ningún tipo de enfermedad. Y, aunque lo fueran, los médicos siguen sin saber cómo manejar los datos que los consumidores recogen por su cuenta.
Cómo medir la frecuencia cardíaca
Si quieres adquirir un dispositivo de seguimiento de la actividad física, tienes que decidir si quieres uno que sea compatible con un monitor de frecuencia cardiaca. Conocer tus patrones de frecuencia cardiaca, tanto durante un entrenamiento como durante la actividad diaria, puede mostrarte mucho sobre tu salud. Según el blog Harvard’s Health, tu frecuencia cardiaca en reposo es un factor clave para determinar tu salud general actual y futura, y el seguimiento de los cambios en la frecuencia cardiaca a lo largo del tiempo puede darte más información que necesitas para llevar una vida saludable.
Las correas pectorales y los monitores ópticos de frecuencia cardíaca son los dos tipos más comunes de rastreadores de pulso disponibles en los wearables modernos, y ambos utilizan métodos similares para medir su pulso. Sin embargo, sus diferencias clave en cuanto a metodología y diseño dictarán qué dispositivo elegirás a la hora de escoger un compañero de entrenamiento.
Las correas pectorales de monitorización del ritmo cardíaco son tan amadas como odiadas. La mayoría de ellas están formadas por una banda elástica larga, parecida a un cinturón, que se ajusta al pecho, una pequeña almohadilla de electrodos que se apoya en la piel y un transmisor a presión. Estos monitores de frecuencia cardíaca funcionan de forma diferente a los omnipresentes monitores de muñeca de los nuevos dispositivos portátiles porque utilizan la electrocardiografía para registrar la actividad eléctrica del corazón. Este proceso requiere electrodos, que viven en la almohadilla brillante y plana contra la piel. Esa almohadilla necesita la humedad del agua o el sudor para captar cualquier señal eléctrica. Cuando haces ejercicio y sudas, los electrodos captan las señales eléctricas que emiten los latidos de tu corazón y envían esa información al transmisor.
Ritmo cardíaco del smartwatch
Los smartwatches realizan multitud de funciones. Pero lo más importante es que la gente también los está sustituyendo por rastreadores de fitness. Se están convirtiendo en un gadget futurista todo en uno. Nos han permitido hacer un seguimiento de nuestra salud y estilo de vida y también nos ayudan a mantenernos activos.
Para nosotros, la salud es la última forma de riqueza y sólo se puede mantener bajo control si se controla de forma regular. Puede que no sea posible consultar a un médico cada vez y, por lo tanto, nos gustaría controlarla cómodamente y a diario.
Con los sensores presentes en los smartwatches, podemos controlar todo en nuestra muñeca. Un smartwatch es como un ordenador portátil que llevamos con nosotros a todas partes. Llévalo con el máximo estilo y aprovecha todas las funciones disponibles.
Algunas personas suelen asociar un smartwatch con un rastreador de fitness. La razón podría ser que el podómetro dentro de un smartwatch sigue siendo la característica más popular y más utilizada. Esta función le ayuda a calcular su número de pasos diariamente, lo que le ayuda a mantenerse en forma de la mejor manera posible.
¿Cuál es la precisión de los relojes inteligentes en cuanto a la frecuencia cardíaca?
Un reloj de pulso, también conocido como pulsómetro o pulsógrafo,[1] es un dispositivo de monitorización y medición individual con capacidad para medir la frecuencia cardíaca o del pulso. La detección puede producirse en tiempo real o puede guardarse y almacenarse para su posterior revisión. El reloj de pulso mide los datos de la electrocardiografía (ECG o electrocardiograma) mientras el usuario realiza tareas, ya sean simples tareas cotidianas o una actividad física intensa. El reloj de pulso funciona sin el uso de cables y múltiples sensores. Esto lo hace útil en entornos sanitarios y médicos en los que los cables y los sensores pueden ser un inconveniente. El uso del dispositivo también es habitual en entornos deportivos y de ejercicio físico en los que se requiere que las personas midan y controlen sus datos biométricos[2].
El reloj de pulso fue comercializado por primera vez en 1701 por Sir John Floyer, un médico inglés. Floyer quería desarrollar un reloj para medir con precisión el pulso de sus pacientes. Floyer creó un reloj que contaba los latidos del corazón de un usuario durante sesenta segundos, creó una forma más fácil de contar y medir el ritmo cardíaco de los pacientes. Los diseños de Floyer fueron realizados físicamente por Samuel Watson, que se dedicaba a la horología a finales del siglo XVII[4].