Tarjeta gráfica discreta
Las primeras tarjetas gráficas 3D aparecieron hace 25 años y desde entonces su potencia y complejidad han crecido a una escala superior a la de cualquier otro microchip que se encuentre en un PC. Por aquel entonces, estos procesadores contenían alrededor de 1 millón de transistores, tenían un tamaño inferior a 100 mm2 y consumían apenas un puñado de vatios de energía eléctrica.
Hoy en día, una tarjeta gráfica típica puede tener 14.000 millones de transistores, en una matriz de 500 mm2, y consumir más de 200 W de energía. Las capacidades de estos colosos serán inconmensurablemente mayores que las de sus antiguos predecesores, pero ¿han mejorado su eficiencia con todos estos pequeños interruptores y energía?
En este artículo, analizaremos hasta qué punto los diseñadores de GPU han aprovechado el aumento del tamaño de la matriz y el consumo de energía para ofrecernos cada vez más capacidad de procesamiento. Antes de entrar en materia, es posible que tengas que repasar los componentes de una tarjeta gráfica o dar un paseo por la historia del procesador gráfico moderno. Con esta información, tendrás una buena base con la que seguir esta función.
Comparación de tarjetas gráficas nvidia
Este artículo fue escrito por Matt Ham. Matt Ham es un especialista en reparación de ordenadores y el director general y presidente de Computer Repair Doctor. Con más de una década de experiencia, Matt se especializa en reparaciones y actualizaciones de Mac, PC, iPhone, iPad y Smartphone. Matt tiene una licenciatura en Ingeniería Mecánica de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y una maestría en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Columbia. Matt ha expandido Computer Repair Doctor a siete lugares diferentes. También es copropietario de Repair Life, una agencia de marketing a gran escala que se especializa en la conducción de clientes potenciales tanto en línea como fuera de línea a los talleres de reparación de teléfonos celulares y computadoras y a los minoristas de dispositivos.
Si tienes problemas de renderización de vídeo o tienes un bajo rendimiento cuando juegas a videojuegos, es posible que quieras considerar la actualización de tu tarjeta gráfica. En primer lugar, tendrás que entender algunos términos básicos y, a continuación, investigar tus opciones para hacer una elección adecuada. No olvides comprobar la compatibilidad de la tarjeta con la placa base y la fuente de alimentación de tu ordenador.
La tarjeta gráfica más nueva
Una tarjeta gráfica (también llamada tarjeta de vídeo, tarjeta de pantalla, adaptador gráfico, GPU, tarjeta VGA/VGA, adaptador de vídeo o adaptador de pantalla) es una tarjeta de expansión que genera una alimentación de imágenes de salida a un dispositivo de visualización (como un monitor de ordenador). A menudo se anuncian como tarjetas gráficas discretas o dedicadas, lo que acentúa la distinción entre éstas y los gráficos integrados. En el núcleo de ambas se encuentra la unidad de procesamiento gráfico (GPU), que es el principal componente que realiza los cálculos, pero no debe confundirse con la tarjeta gráfica en su conjunto, aunque “GPU” se utiliza a menudo como metonimia para referirse a las tarjetas gráficas.
La mayoría de las tarjetas gráficas no se limitan a la simple visualización. Su procesador gráfico integrado puede realizar procesamientos adicionales, eliminando esta tarea del procesador central del ordenador[1]. Por ejemplo, Nvidia y AMD (antes ATI) produjeron tarjetas que renderizan los pipelines gráficos OpenGL y DirectX a nivel de hardware[2]. A finales de la década de 2010, también ha habido una tendencia a utilizar las capacidades de cálculo del procesador gráfico para resolver tareas no gráficas, lo que puede hacerse mediante el uso de OpenCL y CUDA. Las tarjetas gráficas se utilizan mucho para el entrenamiento de IA, la minería de criptomonedas y la simulación molecular[2][3][4].
Componentes de la tarjeta gráfica
Las tarjetas gráficas de alta calidad no son difíciles de detectar, ya que suelen contener mucha memoria y una rápida capacidad de procesamiento. Además, las tarjetas gráficas de gama alta suelen ser más atractivas visualmente, con ventiladores y disipadores de calor que suelen quedar bien dentro de la carcasa del ordenador. Las personas que utilizan sus ordenadores principalmente para el correo electrónico, Internet o el procesamiento de textos pueden encontrar todo lo que necesitan en una placa base con gráficos integrados. Las tarjetas de gama media pueden ser suficientes para los jugadores ocasionales, pero las de gama alta son el estándar para los entusiastas de los juegos y los diseñadores gráficos.
Velocidad de fotogramas: Una de las mejores medidas del rendimiento de cualquier tarjeta gráfica es la tasa de fotogramas, que suele medirse en fotogramas por segundo (FPS). La tasa de fotogramas es esencialmente la medida de cuántas imágenes puede renderizar una GPU y cuántas imágenes se muestran en un monitor cada segundo. Si un videojuego se ejecuta a un solo fotograma por segundo, la experiencia puede parecer más bien una presentación de diapositivas. Uno de los componentes de la velocidad de fotogramas de la GPU son los triángulos o vértices que componen las imágenes 3D que se ven en la pantalla. Las imágenes 3D se construyen mediante polígonos y es importante medir la rapidez con la que una GPU puede calcular todo el polígono que define esas imágenes o construir un modelo de marco metálico. Otro componente de la tasa de fotogramas de la GPU es la tasa de llenado de píxeles. Aunque es relativamente nueva, la tasa de píxeles es posiblemente la métrica más importante del rendimiento de la GPU. La tasa de llenado de píxeles describe cuántos píxeles puede procesar una GPU en un segundo. En términos sencillos, la tasa de llenado define la rapidez con la que una GPU puede rasterizar imágenes y escribirlas en la memoria. La mayoría de los juegos de acción rápida requieren una tasa de fotogramas de al menos 60 FPS.