El desarrollo tecnológico de China
La conducta del gobierno chino no recibe un nivel de cobertura y crítica adecuado por parte de los medios de comunicación internacionales. El régimen continúa con su larga historia de comportamiento totalitario y mantiene a sus ciudadanos en una sumisión perpetua. Los métodos utilizados para sofocar la disidencia han variado a lo largo del tiempo. Incluyen el infame uso de la fuerza militar contra los civiles, como se hizo en la masacre de la plaza de Tiananmen, así como el uso por parte del Partido Comunista Chino de tecnología que va desde el reconocimiento facial hasta los servicios de Internet controlados por el Estado, empleados para disuadir y detectar cualquier actividad posiblemente subversiva. Esta información se recopila y sintetiza en un perfil para la mayoría de los ciudadanos, que reciben una “puntuación de crédito social” que puede tener efectos importantes en su lugar en la sociedad china y en las oportunidades a las que tienen acceso.
Desgraciadamente, la tecnología de Estados Unidos y de las empresas con sede en ese país ha desempeñado un papel importante a la hora de facilitar la conducta opresiva del PCCh. Varias empresas estadounidenses han visto su tecnología desplegada en la provincia de Xinjiang, donde las autoridades llevan años ejerciendo una brutal represión contra los musulmanes uigures de la región.
Avances tecnológicos en China
La investigación del South China Morning Post cita más de 50 medidas reguladoras adoptadas contra empresas de software chinas desde noviembre de 2020, por lo que algunos de los principales nombres del sector tecnológico del país se han enfrentado a los impactos adversos de los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCC) para implementar rápidamente su visión de crecimiento sostenible a través de diferentes silos regulatorios.
Como prueba de ello, el índice Hang Seng TECH y el índice Solactive China Technology alcanzaron recientemente su punto más bajo desde mayo de 2020, mientras que el índice CSI Overseas China Internet ha caído a un nivel que vio por última vez a finales de 2016.
Aunque estos descensos son notables, JP Morgan dijo en su reciente perspectiva del mercado chino que espera que lo peor de la acción reguladora de la CCP haya pasado, mientras que el impulso del crecimiento tocaría fondo en las últimas etapas de 2021.
El CIO de Invesco para Asia ex Japón, Mike Shiao, predijo que las políticas para la “prosperidad común” seguirán afectando a los mercados de renta variable en 2022 y más allá, sin embargo, argumentó que una comunicación más clara de las nuevas regulaciones presentará atractivas oportunidades de compra en áreas como el comercio electrónico y la entrega de alimentos.
La innovación china
Su entusiasmo por la iniciativa se produce en medio de un año de medidas enérgicas contra la industria tecnológica del país, en el que varias empresas de alto perfil se han enfrentado a investigaciones y multas. Los directores generales de las empresas más famosas ahora pasan desapercibidos.
Daniel Zhang, director general del gigante del comercio electrónico Alibaba, dijo que la donación de 15.000 millones de dólares de su empresa a la iniciativa durante los próximos cinco años representaba su voluntad de ayudar a China a alcanzar su objetivo de prosperidad para todos.
Zhou Hongyi, empresario multimillonario y presidente y director general de la mayor empresa de seguridad en Internet del país, Qihoo 360, dijo que su compañía donará una suma aún no revelada a la iniciativa y se esforzará por ayudar a las empresas más pequeñas a prosperar.
Haciendo hincapié en la necesidad de desarrollar estas empresas, Zhou afirmó: “Nuestro éxito depende de las políticas de nuestro país. … Debemos tomar la iniciativa para alinear nuestro desarrollo con nuestras estrategias nacionales y servir a nuestro país con ciencia y tecnología”.
Otros gigantes de la tecnología, como el conglomerado tecnológico Tencent, el mercado agrícola en línea Pinduoduo y la plataforma de entrega de alimentos Meituan, respondieron al llamamiento de Pekín antes de la reunión del 26 al 28 de septiembre, prometiendo apoyo financiero para causas sociales.
China frente a la tecnología estadounidense
Considerada durante mucho tiempo como un imitador mundial, China es ahora el hogar de muchas de las empresas emergentes que más rápido han alcanzado una valoración de 1.000 millones de dólares en todo el mundo. Sea lo que sea lo que ha impulsado a las empresas chinas a la cima, las métricas que utilizamos para evaluar la innovación lo han pasado por alto. El autor sostiene que China cuenta hoy con un recurso que no tiene ningún otro país: cientos de millones de personas que han vivido una cantidad de cambios sin precedentes y que, en consecuencia, pueden adoptar y adaptarse a las innovaciones a una velocidad y escala que no tienen parangón en ningún otro lugar del planeta. Esos consumidores hiperadaptativos e hiperadoptivos son los que hacen que China sea hoy tan competitiva a nivel mundial. Pero la competencia con los chinos no debe considerarse un juego de suma cero. Las empresas extranjeras harían bien en intentar aprender del nuevo y poderoso ejemplo chino.
El futuro de la economía china está en la innovación, y todo el mundo en China lo sabe. Pero eso no siempre ha sido así. La innovación no ha sido el motor del milagro manufacturero que se ha producido en China en el último medio siglo, durante el cual unos 700 millones de personas han salido -o se han levantado- de la pobreza desesperada. En su lugar, el motor ha sido en gran parte lo que podría llamarse imitación de fuerza bruta. Gracias a una oferta aparentemente ilimitada de mano de obra barata, proporcionada por los cientos de millones de ambiciosos trabajadores nacidos durante el baby boom de la posguerra, China se dedicó de forma prodigiosa a la producción de las innovaciones de otros países. Este esfuerzo permitió a un país que se perdió la Revolución Industrial absorber los avances manufactureros más modernos del mundo en sólo una o dos décadas. Como corresponde, China se ganó la reputación de imitador mundial.