Juego de simulación
Los juguetes caseros y las actividades libres pueden ayudar a los niños a aprender y desarrollarse. Suelen ser las formas más creativas de que usted y su hijo se diviertan juntos.Si su hijo no quiere jugarPuede haber momentos en los que su hijo no quiera jugar. Por ejemplo, puede estar cansado o aburrido de hacer la misma actividad durante demasiado tiempo. Esto es habitual y no suele ser motivo de preocupación, pero a veces la falta de juego -o la falta de interés por el juego- puede ser un signo de un trastorno del desarrollo:
Trabajador en casa
Refuerza la capacidad de concentración, esencial para un futuro exitoso en las aulas, y sustenta todo, desde el aprendizaje de las interacciones y normas sociales hasta los inicios del pensamiento científico.
El juego es especialmente importante para los niños más pequeños. Los niños en edad preescolar, y los que están en Recepción, aprenden a través del Currículo Nacional EYFS, que está intrínsecamente basado en el juego. Es la base del desarrollo infantil en términos de lenguaje, inteligencia y regulación emocional, creatividad y razonamiento intelectual.
El juego con la arena es una oportunidad fantástica para sentar las bases del aprendizaje científico y desarrollar la confianza en uno mismo y el desarrollo físico. Recoger, cavar, verter y tamizar enseña a los niños cómo funcionan las cosas, al tiempo que desarrolla sus músculos y su coordinación. Si lo hacen junto a un amiguito, se convertirá en un juego de equipo, de compartir y de habilidades sociales.
Al igual que el juego con arena, el juego con agua permite a los niños experimentar en un entorno seguro con conceptos básicos como el volumen. Además, el juego con agua es ideal para aprender las consecuencias de las acciones. Si a esto le añadimos la coordinación mano-ojo y la fuerza física, el juego con agua es uno de los favoritos.
Juego desocupado
Dicen que el juego es el trabajo de los niños, ¡y es cierto! El juego es la forma en que los niños aprenden sobre el mundo, sobre sí mismos y sobre los demás. Es tan importante para un desarrollo saludable como comer verduras, leer libros juntos y dormir bien. Incluso las Naciones Unidas consideran el juego como uno de los derechos básicos de todos los niños.
No hay una forma correcta o incorrecta de jugar. Es cualquier cosa, desde meter la mano en el puré de patatas hasta jugar con videojuegos o mirar por la ventana. Tiene un aspecto diferente según el día y el niño:
Durante el juego, los niños hacen volar su imaginación. Crean juegos de fantasía o se pierden en mundos imaginarios. Los niños representan diferentes soluciones mientras aumentan su confianza. Crean sus propias reglas y aprenden a seguirlas o a adaptarlas según sea necesario. Se trata de habilidades útiles para desenvolverse en la vida y desarrollar relaciones con los demás.
El juego simbólico es la capacidad de imaginar un objeto como otro. Por ejemplo, un palo, un cubo y unas piñas pueden convertirse en una cuchara de cocina, una olla y unos deliciosos ingredientes. El juego simbólico es una parte importante del desarrollo saludable. Desarrolla habilidades que los niños necesitan para el aprendizaje y la resolución de problemas en el futuro. 1 También mejora la creatividad, lo que contribuye al éxito a lo largo de la vida de una persona. 2
Desarrollo infantil
Hemos desglosado las actividades por edades, pero nadie conoce a tu hijo mejor que tú. Así que puedes elegir las ideas que te parezcan más adecuadas, adaptar nuestras sugerencias o incluso inventar las tuyas propias. Y puedes utilizar el lenguaje con el que te sientas más cómodo.
Fíjate en lo que tu hijo está mirando o señalando y habla de ello. Intenta hacerlo antes de que su atención se desplace a otra cosa, lo que puede ocurrir en un par de segundos en el caso de los bebés y los niños pequeños.
Los libros ilustrados presentan a tu hijo cosas nuevas que aún no ha visto en la vida real. Para los niños más pequeños, señale los dibujos y diga lo que ve. Para los niños mayores, pídeles que te cuenten la historia o que hablen de lo que los personajes podrían estar pensando y sintiendo.
Haz que se turnen para hacer ruidos o hablar. Incluso con los bebés pequeños, puedes responder a sus balbuceos copiando los sonidos que oyes y esperando a que se turnen de nuevo. Los niños mayores pueden mantener conversaciones más largas, así que ralentiza tu discurso, dales mucho tiempo para responder y escucha atentamente lo que tienen que decir.