Peligros de la ingeniería genética
Sin embargo, los científicos y los expertos en bioética reconocen que, en algunos casos, la edición de la línea germinal puede responder a necesidades que no se satisfacen con el DGP. Por ejemplo, cuando los dos futuros padres son homocigotos para una variante causante de la enfermedad (ambos tienen dos copias de la variante, por lo que se espera que todos sus hijos padezcan la enfermedad); en los casos de trastornos poligénicos, en los que influye más de un gen; y para las familias que se oponen a algunos elementos del proceso de DGP.5,6
A algunas personas les preocupa que sea imposible obtener el consentimiento informado para la terapia de línea germinal porque los pacientes afectados por las ediciones son el embrión y las generaciones futuras. El contraargumento es que los padres ya toman muchas decisiones que afectan a sus futuros hijos, incluidas decisiones igualmente complicadas como el DGP con la FIV. Los investigadores y los bioéticos también se preocupan por la posibilidad de obtener un consentimiento verdaderamente informado de los futuros padres mientras se desconozcan los riesgos de la terapia de la línea germinal.10
Muchas personas tienen objeciones morales y religiosas al uso de embriones humanos para la investigación. Los fondos federales no pueden utilizarse para ninguna investigación que cree o destruya embriones. Además, los NIH no financian ningún uso de la edición de genes en embriones humanos. (Ver: Normativa y perspectiva de los EE.UU. y los NIH)
Usos de la ingeniería genética
Debemos preguntarnos si es correcto alterar profundamente los procesos creativos naturales y el ritmo y la dirección de la evolución mediante la ingeniería biogenética y liberar en el medio ambiente formas de vida anómalas y “neogenéticas”. ¿Es poco ético alterar la composición genética de cualquier ser vivo suprimiendo determinados genes o empalmando en su genoma los genes de especies totalmente ajenas? Estas preguntas no se han respondido con rigor porque ha faltado una perspectiva bioética amplia. Además, los defensores de esta nueva tecnología insisten en que se trata simplemente de una extensión de la cría selectiva convencional de animales y de la hibridación de cultivos, lo cual es falso, ya que la creación de nuevas formas de vida transgénicas es un proceso totalmente diferente, aunque con los mismos fines. La mejor manera de responder a estas cuestiones es desde una perspectiva que tenga en cuenta consideraciones morales, sociales, económicas, científicas, ecológicas, culturales y humanas. Estas consideraciones permiten una evaluación más amplia, si no más imparcial, de la ingeniería biogenética que los análisis simplistas de riesgo-beneficio o la crítica utilitaria. Está empezando a surgir una perspectiva bioética más amplia tras varios años en los que esta nueva tecnología ha florecido en un vacío ético de ciencia reduccionista (determinismo genético) y capitalismo de riesgo.
Problemas éticos de la ingeniería genética
Las complejidades de las nuevas tecnologías genéticas plantean cuestiones éticas sin respuestas obvias. A la hora de evaluar estas cuestiones, es útil disponer de un marco que pueda aplicarse de forma coherente y uniforme a todas las cuestiones bioéticas. Es necesario establecer precedentes que sirvan de guía para responder a las desafiantes cuestiones éticas a las que nos enfrentamos hoy en día. La comprensión de los principios bioéticos es útil para abordar estas cuestiones de la forma más sistemática posible. A continuación se exponen los cuatro principios que conforman la forma de abordar los dilemas éticos en la investigación biomédica y la asistencia sanitaria en la actualidad.
Este principio es un reconocimiento de los derechos individuales y de la importancia del libre albedrío. Es la base del “consentimiento informado” y establece que, desde el punto de vista de la asistencia sanitaria, un paciente que es autónomo tiene la capacidad de actuar con comprensión, de forma intencionada y libre de influencias de control cuando toma una decisión.
Este principio exige que los profesionales nunca dañen intencionadamente a un paciente, incluidos los daños derivados de la negligencia (“no hacer daño”). Debe haber una norma de atención diseñada para prevenir el daño a los pacientes en diferentes circunstancias.
La ingeniería genética de los seres humanos
Desde el descubrimiento de la estructura del ADN descrita por Watson y Crick en 1953, comenzó la generación de conocimientos sobre las bases genéticas moleculares. Se determinó que la doble hélice contenía toda la información genética de los individuos formada por las cuatro bases, adenina, timina, guanina y citosina. Después de este acontecimiento, en el campo de la genética, se secuenció el genoma humano, descubriendo que está formado por 3.000 millones de pares de bases, que supervisan la producción de millones de proteínas diferentes con la ayuda del complejo sistema celular, que permite el funcionamiento del organismo. Estos avances han permitido el desarrollo de la terapia génica, mediante la cual se busca interferir en la expresión de los genes a través de una manipulación correctiva basada en técnicas de corte y pegado de secuencias (Pérez, 2006; Yabar, 2019; Espinosa y Hernández-Hernández, 2020).
Los avances en ingeniería genética han ido avanzando, y las propuestas de innovación y simplificación de las técnicas, a medida que se conocen más detalles sobre el ADN, permiten el estudio y la comprensión del complejo sistema genómico de expresión y el apagado de los genes. Las técnicas moleculares han tratado de corregir el daño en la secuencia del portador de una enfermedad codificada en el genoma; sin embargo, no han logrado su objetivo, ya que no existe un control absoluto sobre el daño que puede producirse en el portador, tratando de evitar que éste se herede a la descendencia. El uso de estas técnicas implica diversas y complejas técnicas in vivo e in vitro, los mecanismos utilizados se basan principalmente en el uso de vectores que buscan introducir un gen específico o modificado, el cual es capaz de ser transcrito y se produce el ARNm para ser traducido (You et al., 2019; Jamal et al., 2020).